París Berlín Roma. Pedro ALCARRIA (Ediciones Vitruvio 2025)

                            (Pedro Alcarria en Can Deu. Barcelona)


 Pedro Alcarria es gestor cultural, viajero, traductor y poeta. Como escritor de poesía ha firmado con su editorial, Ediciones Vitruvio, un oscuro ejército de poemas bajo el título “París Berlín Roma”. Vitruvio publica a Unamuno, Octavio Paz y García Lorca, publica a Álvaro Pombo y a ochocientos autores más, entre otros: Blanca Sarasua, Carmen Maga, Andrea Mijangos, todos libros de un tamaño inusual, con los lomos y solapas profundamente negros sobre los que se imprimen como único adorno hermosas letras blancas, sin más gestos que un título, un autor y una editorial. El otro elemento nominal que faltaba es el nombre del editor; se llama Pablo. Hace unas semanas asistí a la celebración anual que la editorial realiza cada año en el palacete de Can Deu en el ensanche de Barcelona, y allí, entre un buen número de poetas de la ciudad, asistió otro buen número de poetas de la editorial. La ceremonia de aquel acto fue llevada con suma precisión y discreción por Pedro Alcarria y los correspondientes saludos y agradecimientos por parte de Pablo Méndez, que actuaba como editor y también como poeta. Aquel día, entre el público, asistió Diego Roel, que pasaba por la ciudad donde horas antes había recitado sus poemas medievales y premonitorios que siendo autor "Vitrubio" también lo es de Visor; llegó el último y se fue antes de finalizar el acto, algo íntimo que compartió en absoluta soledad con Pedro Alcarria, quién no pudo evitar esa fuga, sobre todo porque Pedro es de celebrar cada uno de los actos de “Can Deu” y “Can Deu”, como el lugar más apropiado, sus salones interiores y el agradable jardín exterior donde bien hubiera podido brindar con versos como “Vuelve aquí, bebamos, reclutemos oscuros ejércitos de seres deslumbrados(A una prostituta de Saint-Lazare, pag. 40). Pero, aparte de estas policromías, despliego sobre la mesa “ParíBerlín Roma”, lo extiendo como un mapa sin tierra, sin cimientos, sin cielos, si acaso oscuros presagios, subjetivas emociones de Baudelaire y un prólogo firmado en Buenos Aires por Ángel Faretta que podría haber firmado Jünger o un Rimbaud caído. No aclara mucho lo que leerás después, pero reverberan como una carretera caliente palabras y expresiones como “tienda de curiosidades”, “manera inflacionaria”, “tradición metamórfica”, una serie continua de escombros y barbaries, miedos antiguos e impulsos de muerte; y en ese punto empieza el poemario:

Se estructura en dos tiempos: “El Libro primero” (un poeta busca inspiración) y “El Libro segundo” (Genius Loci). El título son tres ciudades y forman el artesonado inspirador por donde el poeta ha viajado y ahora construye, muere y resucita a un mundo complejo cuyo fuego arde, pero no quema. El tratamiento poético que Pedro da a estas ciudades no es el que espera de un viajero, cosa que ya han comentado otras voces; es el de tres amantes, tres religiones, tres naturalezas y ninguna frontera salvo la de la poesía y la prosa, la frontera de un olvido que no quiere olvidar, la lucha de los versos contra los muros, todos los peligros que se corren intentando que no se malogren las miradas, la de una agotadora simbología sin descanso. Celebramos a Nuestra Señora de los Perros en Berlín, celebramos, celebramos mi cumpleaños romano, la avaricia del cadáver, la inmortalidad de Sigfrido es la audacia de Wagner. La de estos libros del poemario es la invitación a limpiar con la lengua la sangre que mancha los cuchillos, la de ver como de los dioses nacen los perros, distintos estados de alucinación que es el estanque de agua en el que se refleja Narciso, donde habitan peligrosos peces de sombra como los del poema “Un consejo”, los condenados a muerte del poema “Berliner Mauer”, loscondenados al olvido. De las evocaciones pasamos al cuarto de atrás, al almacén, al desván, a la bodega, ese lugar donde vamos dejando presentes degradados en pasados, un tiempo en todo caso aristotélico con su parte de pesadilla. El segundo libro es una forma de instrucción frente al mundo, sus caras, sus superficies y sus hábitos, los ciervos y las hienas. El segundo libro es una reflexión repleta de sabores, un inmenso arsenal de sabores que va desde los pervertidos de Saint Denis, una tonelada entera de sueños o la austeridad alimentada de miel; es sin dudar una explosión de formas poéticas; cuando consigues unir todas las partes, formas un nuevo Pedro Alcarria con quien poder alimentar ambiciosos linajes de poetas y ciudades. En todos esos caminos paralelos abiertos por la metapoesía de Alcarria (o en algunos de ellos) nos encontraremos.


Otros títulos de este autor: El dios de las cosas tal y como deberían ser (ArtGerust 2015, Barcelona) y Camada (Ediciones Vitruvio 2021, Madrid) además de coautor de la plaquette Damnatio Memoriae. Ha colaborado en revistas como Letralia, tActe Barcelona, Almiar, Herederos del Kaos, Casapaís o


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